jueves, 3 de mayo de 2007

Alquimia

ALQUIMIA


Cánticos que resuenan en la noche
como sierpes ondeantes de bravura
dosel de fina gasa transfiguran
un solemne ritual, de este poder.
Rebeldes, pero heroicos fueron siempre,
aquellos, que, en virtud en aliciente,
pudieron entregar sin calcular.
Quien uso de esa magia inigualable,
es que fue; en sus principios, venerable
escudero al son de lo loable.
Heroica redención, del Alto Rey,
que asumió sus potencias invisibles,
y al querer perdurar, en lo posible,
en su castillo hizo su cuartel.
Horizontes perdidos, fueron ellos,
que unieron su dolor, al balancín
de finos cascabeles que resuenan,
y al cielo, configuran su venir.
Si el fuerte pedestal, quedo en la cumbre,
la antorcha de su fe lo alumbrara,
encontrando la piedra y, a su lumbre,
enfrentándose a ella prendera.
Quisieron escrutar en lo profundo,
y, de ese misterioso socavar,
pudieron verter en las tinieblas,
sacando de lo oscuro la verdad.
Y de ella, su calor, les dio el abrigo
que, en simultaneo amor los unirá.
Velozmente, su marcha será un trino
virginal, alegórico y ritual
que será oído siempre, desde el nido,
donde el grito fue su patria potestad,
y acallaran las voces sin sentido,
cuando surja de la alquimia, la verdad,
y en fueros de principios intangibles,
lo cósmico, verter en aludibles
arquetipos que fraccionan lo visible,
con atenuantes miras de llegar,
el archivo donde nacen simientes,
que en cautiva, brillante y blanca fuente,
renacen como aves, a volar
al sitial donde tienen sus figuras,
que, retoman las líneas que los guían
con premisas de un Todo, a lo Total.
Y escuchando las voces de oriente,
tendrán mucho que ver en el presente,
de esta fragua ardiente, en eclosión.
Eran todos eones que, perdidos,
transitaban el arco de un olvido,
y fueron la verdad y la razón
detrás de la magia, que perenne,
tenia como endeble, su misión.
El lugar de los grandes campeadores,
tenazmente, es hurgar en los arcones
de un pasado que viene a vislumbrar.
No es de hoy sino; siempre fueron leales,
los que usaron su magia y sus rituales
para dar el embrión, su gran misión,
de la triple energía que hoy culmina
en visión de lo grande, en redención.
Y en este dimitir de esa gran forma,
pretender discernir el gran misterio,
quizás, quien fuera dueño del imperio
que encierra la palabra, transmutar.
La alquimia que, tal vez, fue figurada
en remotos albores de un pasado,
para abrir en la vía, su caudal
de verdades sutiles, irrumpidas
por vidas, que cesaron en un día
y hoy comienzan tal vez su cabalgar,
surgiendo cual brillante trilogía
que es: aliento, verdad y potestad.
Cinceles de esculpidas impresiones
fueron siempre la razón de esos campeones
que supieron horadar la gran verdad,
y, en estas letras que hoy, están escritas,
verifican que de esta gran alquimia
sus pasos se pudieron encontrar,
y al llegar al fondo de ese evento,
discernir de lo efímero, lo real.



Chela Sisti - Elio A. Casali

2 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Yo estudio química y soy filósofo... soy alquimista no?

Pensalo.


Saludos,
Cojelo, digo Coehlo, digo,


EL ALQUIMISTA

Anónimo dijo...

que buena pregunta Iota,

si eres alquimista conoces la trinidad que opera en la materia, así que sabrás que falta un término que dinamiza a los otros dos, por tanto si falta el tercer término no se realiza la unión, tiempo atrás rota, entre la química y la filosofía.
Un saludo.